lunes, 11 de mayo de 2009

LA FELICIDAD DEL INSECTO

Aquella mañana de verano Gregorio Samsa amaneció convertido en un repugnante insecto. Cuando el se dio cuenta en lo que se había convertido no se lo creía y le preguntaba a todo el mundo si lo que el veía era cierto o no. Todos se quedaron asombrados al ver a un insecto hablador .Ellos nunca habían visto a un insecto hablador y menos se imaginaban que era Gregorio Samsa . Estaba todo el pueblo peleándose por tener ese insecto pero no se daban cuenta de que era Gregorio Samsa . Gregorio Samsa no sabía que hacer para que su pueblo se diera cuenta de que aquel repugnante y asqueroso insecto era él.
Un día Gregorio Samsa convertido en insecto cogió y se metió en una casa para dejar escrito en un papel esta frase: “el insecto asqueroso y repugnante soy yo: Gregorio Samsa”, pero no encontraba papel ni bolígrafo. Al cabo de un rato buscando lo encontró encima de un mueble, pero ahora tenía un problema cómo iba a llegar a ese mueble que estaba tan alto, a él se le ocurrió subir por una mesa que estaba justamente al lado. Cuando cogió el papel y el bolígrafo, escribió la frase y dejó el papel sobre la mesa de un amigo suyo y él se quedo justamente al lado del papel para que se diera cuenta. Al rato llego el amigo y no se daba cuenta de que en su mesa estaba el papel y Gregorio Samsa convertido en insecto. Gregorio Samsa convertido en insecto se puso a saltar encima de la mesa para llamar la atención, pero el amigo no se daba cuenta, así que lo dejó por imposible y se fue para casa de otro habitante de su pueblo para dejar el papel en la mesa y ponerse al lado. Cuando llegó el hombre vio algo sobre la mesa y se acercó a la mesa para ver lo que era y cuando llegó y vio al insecto hablador, le entró una alegría porque todo el pueblo deseaba ese insecto. Gregorio Samsa(insecto)no sabia como decírselo porque por mucho que se lo decía y le enseñaba el papel, decía que eso no podía ser, que eso era una broma. Al cabo del rato el hombre le dijo al insecto: si tú eres Gregorio Samsa, ¿por qué te has convertido en un insecto?”. Gregorio Samsa le contó cómo había pasado todo y el hombre seguía sin creérselo. Al hombre se le ocurrió preguntarle algo de Gregorio Samsa para ver si era cierto, la respuesta fue correcta así que ya se lo tuvo que creer y le ayudó a que todo el pueblo lo creyera y todos pusieron algo de su parte para ayudarlo, para que todo fuese más fácil y así Gregorio Samsa fue muy feliz con la ayuda de su pueblo. Aunque fuese un insecto él era feliz.


CARMEN ARIZA 1º ESO A

En busca de nuestros padres

Nos reunimos mis amigos y yo sin padres en una casa grande y apartada. Nos advirtieron por unos altavoces de que no podíamos salir de la casa y que había cámaras escondidas por todos lados. La casa estaba embrujada, mis amigos y yo fuimos corriendo a la salida y la puerta estaba cerrada. Fuimos a la puerta del patio y también estaba cerrada. Intentamos salir por una ventana pero tenía una reja, entonces miramos todas la ventanas y todas tenían rejas. Nos quedamos sentados a pensar cómo salir. Escuchamos por los altavoces: “no podéis salir”.
-Tengo una idea. Buscamos los altavoces y seguimos los cables.-Dije yo
-Venga vamos- dijeron mis amigos.
Nos pusimos a buscar los altavoces. Dijo un amigo mío:
-Lo encontré.
Entonces seguimos los cables y nos condujeron hasta la planta más alta y allí había una puerta que brillaba por los filos y dije yo:
-Aquí tienen que estar los hombres que nos han encerrado en esta casa. Mi amigo Pepe me dijo:
-Abre tú la puerta.
-Vale, pero coger un palo o algo.
Mis amigos cogieron de todo: jarrones, la escoba, fregona… Abrí la puerta poco a poco y me encontré a mí padre y a los padres de mis amigos. Nosotros nos pusimos a llorar y a llorar porque creímos que nuestros padres habían muerto, pero no, estaban vivos,
yo estaba muy contento con mis amigos, mi padre y el de mis amigos se reunieron para hacer esto.
-Tenemos que celebrar esto. -Dije yo delante de todos.
Pidieron pizzas, pollo con patatas, coca cola, de todo y llamamos a nuestras madres.
Mi padre y los padres de mis amigos nos hicieron un regalo: una bicicleta de montaña para cada uno, mis amigos y yo quedamos un día para ir a dar una vuelta por el campo. Un amigo mío que se llamaba Pedro se le pinchó la rueda de delante de la bicicleta con una tuna que estaba en el carril. Pedro tuvo que ir andando porque si no, se cargaba las llantas. Tuvimos que ir a la par de él, yo vi una casa desde lejos y les dije a mis amigos:
-Chavales he visto una casa aquí cerca.
Llegamos a la casa que estaba abandonada y no había nadie, pero detrás de la casa había un garaje y entramos, nos pusimos a buscar en el garaje si había parches.
-Ya lo encontré, aquí hay una caja lleno de parches.-Dijo Pedro:
Nosotros le pusimos el parche.
-Otro día me traigo dos cajas de parches. –Dijo Pedro:
Nos fuimos ya para nuestras casas, ya era casi de noche, llegamos a nuestras casas y yo comí, me duché y me acosté a dormir en mi cama. Otro día fui con mis amigos, otras vez al campo. Y dimos una vuelta por donde fuimos el otro día y la casa que vimos no estaba, solamente las marcas de la casa de dónde estaba.

DIEGO CORTÉS MUÑOZ 1º ESO A