lunes, 17 de noviembre de 2014

martes, 20 de noviembre de 2012

SÓTANO OSCURO DE LA MEMORIA


La imagen que aquí vemos representa una de las plazas más importantes de Medina Sidonia (Plaza de España), una imagen que desmenuzarla con la mirada sería como obligarte a bajar los escalones del sótano oscuro de la memoria. Medina Sidonia, más de un siglo en imágenes, que nos esperan para enseñarnos que, desde su acotada inmovilidad la vida sólo es tiempo, nada más que tiempo, este mosaico incierto que vamos componiendo con la fugacidad de los instantes, este tejido expectante que, abolida la memoria, se perderá para siempre. Este tipo de imágenes traspasan el campo de visión, aunque no por eso se dejen de escribir. Por lo tanto, Medina Sidonia, como pueblo indeleble, representa una gran calidad simbólica y da rienda suelta a lo que describe, sin necesidad de movimiento, solo con la escasa presencia de gente y la época en que viven, solamente con eso resulta difícil descifrar el misterio que ella plantea. Limpiándola con la mirada se percibe en ella algo más que la misma imagen, algo que, si es que no fluye por lo más profundo, flota como un aura por encima de las apariencias, algo que se presiente más allá de los contornos, esa cosa mágica que las fotografías deben arrebatar a los hombres. Por todo esto, por este cúmulo de misterios y grandes cosas que se pueden encontrar aquí, Medina Sidonia podría calificarse como “un pueblo donde la vida prevalece en todos los sentidos, y que profundizando en él, se puede llegar a descubrir casi imposibles”.

                                                                                            Por Antonio Macías Sánchez

LA ANTIGUA MEDINA


En esta foto podemos ver tres calles del barrio, concretamente la calle San Juan de de Dios, calle Salud y la calle San Sebastián.
Vemos en esta fotografía como las calles no estaban pavimentadas, ni habían coches en las calles. El único medio de transporte eran los animales, como también podemos ver en la foto en el primer plano se encuentra un burro amarrado a la puerta.
En esa época había una especie de gancho en las puertas donde se amarraban los animales.
Actualmente en algunas puertas y en unas casas de vecinos se conservan estas argollas.
También vemos en la foto la famosa cruz que aún se conserva.
También vemos en la esquina un bar que tiene un cartel de “coca-cola”, si nos fijamos bien el cartel es igual que el de ahora. La calle actualmente sigue siendo igual, se conserva las mismas casas, concretamente el bar es ahora una tienda de deporte.
Pero de todas formas el tiempo no pasa en vano, muchas cosas han cambiado: como por ejemplo los medio de transporte. Ahora si nos paramos en estas calles hay bastante tráfico y muchos coches aparcados que antes no estaban. El paso del tiempo y el cambio que esto supone en una ciudad, también podemos verlo en que en la esquina derecha de la foto ahora hay una tienda de informática y fotografía.
Esta foto me hace pensar lo mucho que hemos cambiado los seres humanos y todos los aparatos que hemos inventado desde que esta foto se hizo como los automóviles e internet.
Pero a pesar de todo Medina sigue siendo un pueblo típico Andaluz con sus casas blancas y sus tradiciones como la semana santa, los alfajores, las tortas pardas y tantas cosas bellas como tenemos en nuestro pueblo.
También me transmite esta foto la miseria y las necesidades que transmite nuestros antepasados, puesto que las calles empedradas demuestran que era un barrio de campesinos y obreros. Esto por desgracia no ha cambiado mucho pues la crisis sigue afectándonos a los más desprotegidos.

                                                  Por Laura Martín Valle.

LA ALAMEDA EN LOS AÑOS 20


Un simple papel fotográfico nos muestra una pincelada de la realidad de los años 20 en nuestro pueblo, Medina Sidonia. “La Alameda”, la plaza más importante, abarrotada de personas que acuden a una fiesta popular. Qué se yo, sería una romería, una procesión, una fiesta de carnaval o una feria. Al fondo también podemos ver el ayuntamiento, aunque un poco más viejo que ahora, claro.
Ver esta foto antigua, realmente, me hace sentir aún más orgullosa de vivir aquí. Por lo que veo, siempre ha sido ese pueblo alegre y a la vez calmado, bello y blanco que ahora demuestra ser.
Cientos de personas plasmadas en un solo papel, cientos de situaciones en un solo lugar, cientos de miradas, de sonrisas y de rostros que esconden una historia diferente pero con algo en común: vivir en un maravilloso pueblo que, a pesar de los años no ha perdido su encanto.
                                                             Por Mª Carmen Hermoso Sánchez